Qué diferencias hay entre índica y sativa

Aunque muchos asocian la marihuana con un único efecto, en realidad varía considerablemente en función del tipo de cannabis que se esté consumiendo en cada momento. Las diferencias más marcadas que podemos encontrar se encuentran en las variedades índica y sativa, que son dos tipos de marihuana prácticamente opuestos, ya que los efectos que provocan en el organismo con contrarios. En este artículo vamos a explicar en detalle en qué consisten cada una de estas variedades y en qué radican sus diferencias, que no son pocas.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que el cannabis como tal es una única especie, por lo que índica y sativa se consideran subespecies, no diferentes tipos de cannabis, necesariamente. Aun con todo, las diferencias son tales que es inevitable destacar sus características para saber qué marihuana es la que nos interesa cultivar o consumir en cada momento.

Características del cannabis índica

La marihuana índica es originaria de Afganistán, Pakistán y del norte de la India, debido a lo cual son plantas mucho más resistentes a las bajas temperaturas. Las hojas del cannabis índica son mucho más gruesas que las de la sativa, por lo que no es la planta que más relacionamos con la idea de marihuana que prácticamente se ha convertido en un fenómeno cultural.

Desde el punto de vista del cultivo, es una planta muy fácil de cultivar en interior, ya que no son altas y tienen una floración corta. Se trata de pequeños arbustos compactos y discretos que se pueden disimular fácilmente en caso de que se prefiera cultivar en exterior. Además, como ya hemos mencionado, es una variedad acostumbrada a las temperaturas bajas, por lo que no hay ningún inconveniente en cultivarlas fuera, aun teniendo en cuenta que su cosecha se realiza en septiembre.

En cuanto a sus efectos, que es lo que más suele preguntarse el consumidor, la marihuana índica se caracteriza por tener un efecto relajante y prácticamente somnífero en altas dosis. Es el tipo de cannabis que se recomienda para uso medicinal, ya que relaja el cuerpo y la mente y permite descansar y alejarse del estrés. Esto se debe a que tiene un contenido mucho más alto de CBD que de THC, que es el componente psicoactivo más presente en la variedad sativa. En definitiva, la marihuana índica es la más recomendable para relajarse y conciliar el sueño.

Características del cannabis sativa

El cannabis sativa es originario de zonas más tropicales. Comenzó a cultivarse en el centro y el sur de América, en Asia y en África, por lo que es mucho más resistente a temperaturas cálidas y no soporta las frías tan bien como la especie índica. A diferencia del cannabis índica, el tamaño que alcanza el cannabis sativa es de hasta 4 metros, por lo que se trata de una especie muy apreciada por los cultivadores, entre otros motivos por su productividad. No es la especie más rápida en crecer, no obstante, por lo que no resulta extraño encontrar híbridos entre ésta y la índica para que la planta crezca más rápido.

Aun con todo, la marihuana sativa pura tiene unas propiedades muy características y que poco y nada tienen que ver con la índica. Además de ofrecer un sabor mucho más tropical y afrutado, acorde al tipo de clima en el que crece, los efectos que produce sobre el organismo también distan por completo de los producidos por su contraria. En tanto que la marihuana índica es relajante e incluso puede ayudar a conciliar el sueño, la sativa aporta mucha energía, hasta el punto de provocar taquicardias en determinados consumidores. Esto se debe a que estas plantas contienen un nivel muy elevado de THC en contraposición a un bajo nivel de CBD, de ahí que la sensación sea más propia de la euforia y de la risa incontrolable que no de la relajación.

El subidón que se siente al consumir marihuana sativa es inmediato y produce una sensación de bienestar muy atractiva, aunque a medida que se pasan los efectos pueden sentirse síntomas de ansiedad y un apetito más voraz. Si la marihuana es pura, el efecto es increíblemente potente, y de hecho es el tipo de cannabis que consumen algunos artistas a la hora de crear porque incrementa la imaginación.

Diferencias entre marihuana índica y sativa

Como se puede apreciar, el cannabis sativa y el índica no son solo radicalmente distintos, sino que llegan a ser opuestos. Las diferencias principales que podemos apreciar en estas plantas son:

  • El clima. La índica está mucho mejor adaptada a las temperaturas bajas debido a su origen, en tanto que la sativa crece en ambientes más cálidos y tropicales.
  • El aspecto. Y con aspecto también nos referimos al tamaño. La marihuana índica es más pequeña y compacta, lo que la hace más resistente al frío, y la marihuana sativa es capaz de alcanzar los 4 metros de alto. Asimismo, las hojas de índica son mucho más anchas y las de la sativa más finas, habiéndose convertido en la imagen más representativa de la marihuana.
  • El sabor. El cannabis sativa presenta sabores tropicales y afrutados, como la piña o el melón, e incluso picantes. El índica, por el contrario, tiene aromas más térreos o a menta, mucho más de montaña.
  • Los efectos. De cara a los consumidores, esta es la diferencia que más interesa. La índica se relaciona con efectos relajantes, para huir del estrés y para conciliar el sueño. Es el tipo de marihuana perfecto para antes de dormir, para ver una película o para jugar a videojuegos. La sativa, contrariamente, tiene un efecto enérgico y eufórico, es la que se relaciona con los ataques de risa incontrolables, con una sensación muy potente de bienestar y con el apetito voraz después de consumirla.

Existe una tercera especie de marihuana, la rudelaris, pero es la menos conocida y suele utilizarse principalmente para crear cepas. Tiene un nivel mucho más alto de CBD que de THC y no es la que más se consume (ni la que más se cultiva), de ahí que, al pensar en cannabis, la mayoría de la gente piense automáticamente en índica y sativa, cuyos efectos son los más buscados.